Hay retos que no puedes rechazar como es este caso del Convento de Lozoya. Debido al cálculo de Fuego, en esta obra se incorporó madera de Pino Silvestre C-22, es una escuadría superior a la original. Se ejecutaron nuevos entramados de cubierta, tanto en la cubierta principal como en las laterales, así como en un forjado intermedio, siempre siguiendo los planos de la rehabilitación del edificio, muy transformado desde el origen. Fue un trabajo arduo, no solo por los pesos a mover sino por las temperaturas tan bajas que tiene la Sierra de Madrid en invierno.